Idealizador (llego -en algunos casos- hasta ficcionalizar mis experiencias). Emocional (no llorón, sino sensible). Narcisista (hay momentos que alcanzo una pedantería insoportable). Impulsivo (me encanta serlo). Exagerado (mi vida es exagerada). Soy de Paraná y mi sueño es llegar –en vida- a leer toda la biblioteca de mi abuelo.
Mi educación sentimental se formó bajo parámetros tradicionales y/o conservadores; y si bien me he contaminado un poco del tole tole (“fugacidad”, “ida y vuelta”, “YO ante todas las cosas”, “viva el individualismo”, etc.) del siglo XXI, esos principios resultan ser el gran motivo –en la mayoría de los casos- de mi andar con la frente en alto. Mi concepción de mundo requiere un mayor desarrollo (y sin duda una mayor predisposición a vomitar toda mi intimidad personal) no por lo compleja, sino por lo indefinible (así quiero que sea). Voy a evadir olímpicamente esta cuestión y sólo voy a decir, haciéndole caso a mis pulsiones reflexivas –ya prostituidas en demasía por el uso excesivo- que una de las más divertidas (no la que importa) definiciones que podría adjudicarme sería la de Dibujante, no por lo artístico en sí, sino por su maravilloso ejercicio de disfrazar. Disfrazo mi capital cultural (por ejemplo hablo de Bajtín, de Borges y de Cortazar y he leído poco y nada de ellos), disfrazo mi personalidad, soy varios personajes al mismo tiempo. Me divierto. Quiero impresionar.
Por otro lado, al preguntarme por mis gustos, debo decir que éstos han sufrido una considerable metamorfosis: hasta los 17 años consumí porquerías (hay excepciones). Entré a Letras (todavía no se cómo) y mis juicios de valor tanto estéticos, sociales, culturales (y hasta políticos) cambiaron (¡y cómo!). No voy a decir que mi pasado me condena, ya lo doy por supuesto. En este último tiempo me he propuesto indagar y explorar tanto ámbito o disciplina se me cruce: Música (toco, o hago que toco, el piano) Literatura (empecé a leer fluidamente. Sí, soy pésimo lector) Cine (dejé de consumir comedias hollywoodenses para mirar a Woody Allen entre otros) y voy a cuanto concierto se de en el Teatro. Soy estudiante de Letras de ¿3er año ya? y tengo 20 años.
Me cansé de pensarme. Punto y coma.
Mi educación sentimental se formó bajo parámetros tradicionales y/o conservadores; y si bien me he contaminado un poco del tole tole (“fugacidad”, “ida y vuelta”, “YO ante todas las cosas”, “viva el individualismo”, etc.) del siglo XXI, esos principios resultan ser el gran motivo –en la mayoría de los casos- de mi andar con la frente en alto. Mi concepción de mundo requiere un mayor desarrollo (y sin duda una mayor predisposición a vomitar toda mi intimidad personal) no por lo compleja, sino por lo indefinible (así quiero que sea). Voy a evadir olímpicamente esta cuestión y sólo voy a decir, haciéndole caso a mis pulsiones reflexivas –ya prostituidas en demasía por el uso excesivo- que una de las más divertidas (no la que importa) definiciones que podría adjudicarme sería la de Dibujante, no por lo artístico en sí, sino por su maravilloso ejercicio de disfrazar. Disfrazo mi capital cultural (por ejemplo hablo de Bajtín, de Borges y de Cortazar y he leído poco y nada de ellos), disfrazo mi personalidad, soy varios personajes al mismo tiempo. Me divierto. Quiero impresionar.
Por otro lado, al preguntarme por mis gustos, debo decir que éstos han sufrido una considerable metamorfosis: hasta los 17 años consumí porquerías (hay excepciones). Entré a Letras (todavía no se cómo) y mis juicios de valor tanto estéticos, sociales, culturales (y hasta políticos) cambiaron (¡y cómo!). No voy a decir que mi pasado me condena, ya lo doy por supuesto. En este último tiempo me he propuesto indagar y explorar tanto ámbito o disciplina se me cruce: Música (toco, o hago que toco, el piano) Literatura (empecé a leer fluidamente. Sí, soy pésimo lector) Cine (dejé de consumir comedias hollywoodenses para mirar a Woody Allen entre otros) y voy a cuanto concierto se de en el Teatro. Soy estudiante de Letras de ¿3er año ya? y tengo 20 años.
Me cansé de pensarme. Punto y coma.
Si llego a seguir con psicología o psiquiatria vas a ser mi objeto de estudio, guarda que no empiece de a poco Emiliano. Si es por actor, te considero uno pésimo jaja. Espero la proxima publicación, seguí contribuyendo con mi futura y utópica tesis.
ResponderEliminar"Si es por actor, te considero uno pésimo jaja."
ResponderEliminarOjo! que sea tan evidente no qiere decir que no disfraze esa evidencia.
p/d: mentira. No se mentir, ni ocultar, soy demasiado pelotudo para ser vivo.
"(...)sólo voy a decir, haciéndole caso a mis pulsiones reflexivas –ya prostituidas en demasía por el uso excesivo- que una de las más divertidas (no la que importa) definiciones que podría adjudicarme sería la de Dibujante, no por lo artístico en sí, sino por su maravilloso ejercicio de disfrazar. Disfrazo mi capital cultural (por ejemplo hablo de Bajtín, de Borges y de Cortazar y he leído poco y nada de ellos), disfrazo mi personalidad, soy varios personajes al mismo tiempo. Me divierto. Quiero impresionar"
ResponderEliminarSólo leyendo esto que "destaque" de alguna manera me creo en condiciones de decir que vas a lograr tu objetivo y que además te superaras por completo, al punto de que no vas a poder (creemelo) contener tus producciones el día de mañana. Impecable.